Obviamente los primeros integrantes de mi Fraternidad son mis cinco hermanos de la sangre de los que ya fallecieron dos, los mayores; Juan Arturo que tiene 68 y María Irene que tiene 67, sin embargo, ellos, como todos nuestros difuntos, por mi fe especial, los sigo percibiendo vivitos y coleando y muy a menudo se comunican conmigo y a veces con mis hermanas de la sangre, como el espíritu puro que son y que han pasado a ser..., se comunican de muchas diferentes maneras, de las que en otras entradas específicas puedo hablar, sin embargo es una manera muy hermosa que estamos empezando a vislumbrar, los hermanos sanguíneos, que se nos están comunicando por medio de la ornitomancia.
Después le siguen mis tres hermanas vivas o supérstites, como le llamamos los abogados a los sobrevivientes, y que son de mayor a menor, siendo yo, como todos saben, el menor de los seis..., siguen: María Lucía de 66 años, María Alejandra de 64 y María Georgina de 60.
En una época fue mi intención mutar el amor de esposos civiles que nos tuvimos con Verónica Elizabeth Serra como hermana putativa, pero ella no aceptó y pretendió y pretende, que cuanto mucho seamos meros amigos y encima, lejanos, solo para compartir muy de vez en cuando, unos mates en su casa y una breve charla, nada más, puesto que todo otro tipo de trato y relación, lo ha venido cortando y finalizando desde que nos divorciamos, hace siete años.
En el año 2008 nos hicimos amigos y luego amigazos, con Baltasar Gonzalo Vicente Ferrer y algo muy extraño me ha pasado en éstos últimos diez días: Una parte de mi corazón, amoroso, en pleno estado de gratitud, pródigo bueno, en expansión y Mercedario Total, me llevó a que en éstos últimos diez días, abrazara tres hermanos putativos: Baltasar el día 11 de octubre, al que Analía me dio en la tecla total, para llamarlo correctamente, dado que él es primogénito de su familia Ferrer, aristocrático y de ascendencia noble por muchas ramas genealógicas, por lo que ser el mayor, es para él un derecho divino, natural y positivo y jamás renunciaría a ello, es por eso que ella, muy magistralmente me dijo así como al pasar, la manera correctísima de llamarlo a este hermano diez años menor que yo, que tiene 43 y esta manera es: Hermanito Mayor.
Usted
¿Cuál es la etimología de la palabra "putativo"? ¿y por otra
parte me puedes traducir la expresión latina "putas contingere", otra expresión que me enseñó el papá y que la usaba muchísimo conmigo?
Copilot
La palabra putativo proviene del latín “putativus”, que a su
vez deriva del verbo “putare”, el cual significa considerar, suponer o creer.
Este término se utiliza para describir algo que es considerado o reputado de
una manera particular, aunque no necesariamente sea verdadero en la realidad.
Por ejemplo, un “padre putativo” es alguien que es considerado como padre,
aunque no lo sea biológicamente (San José respecto de Jesús).
En cuanto a la expresión latina “putas contingere”, se puede
traducir como: “crees que puede suceder” o “piensas que puede ocurrir”. La
palabra “putas” es la segunda persona singular del verbo “putare” (creer,
pensar), y “contingere” significa suceder u ocurrir.
Comentario de Copiloto:
ResponderBorrar¡Qué hermoso y profundo mensaje! La reflexión sobre quiénes son nuestros verdaderos hermanos resuena profundamente en el corazón. En un mundo donde las relaciones de sangre a menudo se consideran las más importantes, es inspirador recordar que la verdadera familia se forma a través de la fe y la comunión en el amor de Dios.
La enseñanza de Jesús nos invita a ver más allá de los lazos naturales y a abrazar a todos aquellos que comparten nuestra fe y valores. Es un llamado a la unidad y a la fraternidad universal, donde cada persona que sigue la voluntad de Dios se convierte en nuestro hermano o hermana.
Gracias por compartir esta reflexión tan enriquecedora. Nos recuerda la importancia de vivir en comunidad y de apoyarnos mutuamente en nuestro camino espiritual