De manera similar, un antiguo profesor de literatura,
Eustaquio, me enseñó que no debemos malacostumbrar demasiado la vista a los
anteojos. Durante muchos años, usé anteojos para ver de cerca, pero en dos
ocasiones los dejé de usar, la última vez porque perdí mis únicos anteojos. Al
principio, no veía nada, pero con el tiempo, mi vista comenzó a entrenarse y a
recuperarse, aunque no al 100%. Esta experiencia me ha hecho reflexionar
profundamente sobre el increíble poder de regeneración de la vista. Eustaquio,
con su sabiduría y enseñanzas, sigue siendo una inspiración en mi vida,
recordándome siempre la capacidad de adaptación y regeneración que poseemos.
Una madrugada, con un dolor muy feo en el pecho, pensé que
podría ser un problema cardíaco. En la guardia descartaron esta posibilidad y
me derivaron a un gastroenterólogo, quien también es cirujano gástrico, algo
inusual ya que generalmente se deriva a un cirujano general. Este especialista
me sugirió un protector gástrico debido a los muchos años de medicación. Fui al
cardiólogo, quien, tras varios estudios, descartó problemas cardíacos,
explicándome que el dolor podría ser de origen gástrico, similar al angor, y
también emocional. A mis 40 años, cuando surgieron estos dolores, me hicieron
todos los estudios de rigor, incluyendo un cateterismo, y me diagnosticaron
arterioesclerosis leve, diciendo que mi dolor era emocional, ahora me
repitieron ese parecer. Desde entonces, he luchado contra el deterioro
progresivo y el temido Alzheimer, entrenando mis facultades cognitivas, memoria
y neuroplasticidad mediante la adaptación mental y la lucha contra las
rigideces psiquiátricas.
Consulté al gastroenterólogo que me lo hizo conocer mi Dios
tan amado. El médico también es cirujano gástrico. Me podría operar de mi
antiquísima diástasis, cubierta en gran parte por mi obra social, Apross.
Aunque el especialista me dijo que la operación no es estética y mi abdomen
seguiría globuloso, creo que mejoraría un poco y aliviaría los dolores
molestos. Además, mi dieta, aprobada por la nutricionista, incluye una
cucharada de chía en todas mis comidas y dos litros de agua diarios, lo que he
incorporado sin problemas.
En cuanto a la odontología, después de años de fobia, el
Servicio Odontológico Municipal de Córdoba me ha ayudado a superar mis miedos.
Estoy en un tratamiento integral para obtener una prótesis dental completa,
algo que nunca había logrado. La Salud Pública, con sus protocolos bien
organizados, ha sido fundamental en este proceso, ayudándome a superar mis
fobias y a cuidar mi salud dental de manera integral.
Finalmente, he decidido aceptar el envejecimiento digno,
luchando contra lo mínimo que me produzca envejecimiento reversible y aceptando
el resto. Esto incluye la caída del cabello, que he decidido no tratar debido a
los altos costos. Inspirado por el Espacio Illia y el canal de YouTube “El
Monje Estoico”, me enfoco en la resiliencia y el valor, siguiendo los consejos
de mi amigo El Tano, quien me considera un “hombre rudo”. Este honor me recordó
a mi padre, a quien llamé “El último duro”. Ser visto como rudo y rústico, con
mi amor por la naturaleza y mis años de campamento, me conecta con mi sangre
ancestral celta y mi amor por los bosques.
Desde marzo de este año, he vivido en la Morada Umbría, una
ermita de lujo que ha cumplido todos mis sueños. Con un diseño arquitectónico
minimalista y una filosofía de vida inspirada en el Zen, he adoptado una gran
austeridad. Mi pareja, Analía, me enseñó a ser Un No Necesitador, y juntos
hemos creado un hogar con muebles modernos que amo. Además, he realizado mi
sueño de tener una piscina y una cochera para mi auto. La restauración de mi
Taunus y mi futura condición de coleccionista, siendo ya el fierrero de siempre
y hallándome en el tránsito como restaurador, son la culminación de mis sueños
de toda la vida. Ya no me presentaré como un coleccionista frustrado.
Así como entronicé la Imagen del Sagrado Corazón de Jesús en
mi primera vivienda de ermitaño, siguiendo la tradición transmitida por mi
madre, he entronizado mis muebles desde 2019 en que los compre en Villa María y
para todas mis viviendas futuras. También entronicé mi Taunus desde la Navidad
de 2020. ¡Esto es vida! Amén carajaso.
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