Espero que esta carta te encuentre bien y llena de paz. Quiero compartir contigo algunas reflexiones y decisiones importantes que he tomado recientemente en relación a nuestra gatita Luna.
Anoche, después de escribir este post, negocié con Julia, mi vecina abogada novel, para que cuide a mi gatita Luna en su propia casa cuando venga Analía. Previamente, le pedí a Andrea que limpie perfectamente la casa y que ponga las sábanas recién lavadas con las que siempre recibo a mi amada (los dos juegos negros que compré hace tiempo y que solo son para ella). Julia tendrá a Luna en su casa bajo su cuidado y de manera rentada, con honorarios aún no pactados y que está meditando qué tarifa proponerme. Los requisitos que me favorecen a mí y a mi gatita son:
Análisis de que es negativa para contagiarse de leucemia gatuna y de parte de su propia gata siamesa.
Uñas debidamente cortadas para el beneficio de todos.
Debidamente vacunada y desparasitada, de lo cual, ya se halla con dos dosis de desparasitante.
Cabe acotar que Julia (no sé cómo) me va a ayudar a que instruya a mi gatita para que aprenda a salir a pasear conmigo con su collar y arnés.
Por último, para cuando yo viaje a Villa María o a cualquier otro lugar de vacaciones o paseos, Julia me asistirá en el cuidado de Luna y en mi misma casa, dado que la gatita no tiene problemas en quedarse sola, tal cual ya lo he comprobado experiencialmente, sino que lo que sí o sí necesita es que la vengan a visitar todos los días y le aseen su cajita de las necesidades y le pongan agua fresquita y controlen que tenga su comida.
Te amo profundamente y estoy agradecido por tu comprensión y apoyo. Que este nuevo año nos traiga paz, alegría y muchas bendiciones.
Con todo mi amor, Leandro (Leita)
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